Hay piezas que no buscan llenar un espacio, sino abrir uno interior.
Esta vela representa una figura sentada, manos cubriendo el rostro, en un gesto universal de agotamiento emocional y búsqueda de refugio interno.
Inspirada en una lectura humana y social del diseño, esta pieza no pretende ser solo objeto: es un recordatorio silencioso de la fragilidad que todos llevamos dentro.
Como en las reflexiones de Aravena sobre el espacio y la persona, aquí la forma no grita; susurra. La postura retraída, casi defensiva, habla de quienes cargan más pensamientos que palabras, de la introspección frente al ruido del mundo y de la necesidad de detenerse cuando la vida va más rápido que uno mismo.
Fabricada a mano con cera vegetal premium y aroma envolvente, esta vela es un refugio personal, una escultura emocional que ilumina no solo el entorno, sino también un estado de ánimo.
Un objeto que invita a bajar la cabeza, respirar y volver a levantarse.
Detalles
Cera vegetal de alta calidad
Hecha a mano
Aroma profundo y cálido
Pieza decorativa con carga emocional
Edición limitada
Porque a veces, lo más valiente es permitirnos sentir.